Te voy a contar como logro sonreírme a mi misma el primer minuto.

Mientras caía a kilómetros y kilómetros de velocidad barranco abajo, a un milímetro de tocar el suelo con la punta de la nariz, un brazo surge de la nada y me recoge. Me levanté de sobresalto y despertaste, a partir de ahí, solo tú. 

Comentarios

Entradas populares