Me ha dado por pensar ahora que ha acabado todo
Inevitablemente nos cuesta deshacernos de las
cosas que queremos o hemos querido alguna vez, pero todo empieza con hacer un clic
con el ratón, cambiar la configuración de, la rotura de un papel, de un billete, con cambiarse de camiseta, de pantalones, zapatillas, sudaderas, de pelo,
lavado de cara, teléfono, colonia o perfume, champú o gel, un color y no otro,
una cerveza, un gorro, de casa, de cama, de sábanas, de habitación, un lío de una noche, un lío de
dos días, un lío de unos meses, de viajes con destino a, ventanas abiertas, de
música...
Pero, ocurre que, por más que cambies de
cosas, si no admites y convives, que ha estado ahí en algún momento de tu vida
(como el balón que te rajaron de pequeña), solo estarás perdiendo, pues solo recuerdas lo que quieres dejar atrás.
Comentarios
Publicar un comentario